martes, 6 de marzo de 2012

Oda a la halitosis



Aliento pútrido mañanero
que disuelves el seso con tu soplo,
con un bostezo traicionero
hasta de sus cuencas saltan mis ojos.

Tamaña sensación de desagrado
me produce oler tu pozo
te aseguro que no encuentro gozo
en un hedor tan acusado.

Tu aliento agrio y caliente
me revuelve las entrañas,
vomitaría mi bilis ardiente
por boca, nariz y pestañas.

Tampoco encuentro placer alguno
en notar tu hálito en mi cogote,
no hay cosa que más me provoque
partirte los morros con mi afilado puño;
y de un mortal estoque
acabar con este olor a truño.

Arma letal escondes entre tus dientes,
tus susurros son golpe mortal
para quien se proclama tu oyente.

No es posible ignorar
semejante tortura sensitiva,
evitar regurgitar en tu faz
es tarea sibilina.

Así, como amistoso consejo
te propongo algo sencillo,
con pasta dental y cepillo
limpia tu dentadura de conejo

Y por si no fuera suficiente,
enjuague bucal es lo siguiente.

Mas si el hedor no desaparece
coserte los labios mereces
por torturar cruel e impío
a todos aquellos que te han querido.

¡Oh, putrefacto bostezo!
Ni el más ferviente rezo
libra a la humanidad
de semejante barbaridad


Advertencias

En cuanto a la autoría de las imágenes que encontraréis en este lugar de risa y agravios, la mayoría son propiedad de "Cirque du Soleil" y "Lucent Dossier".

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