jueves, 30 de julio de 2009

La Niña que chillaba chinchetas

En un recóndito lugar
muy muy alejado de la mar
Donde el silencio reinaba
y apartaba, hostil, a la felicidad...
Vivía una niña de aspecto desgreñado
De cabellos color carbón
y ligeramente despeinado,
vestía siempre un vestidito
de seda negra y encaje blanco.

Tenía un horrible problema
que a nadie había confesado...
¡La tacharían de rara
y cruelmente la ignorarían!
No lo podía permitir,
tenía un orgullo que cubrir...
Mas un día nublado,
acudió al viejo del poblado,
era un hombre afable y sabio
y le mencionó el secreto
pues necesitaba desesperada consejo.

“Yo sé que no es muy habitual,
pero creo que tengo algún mal...”
Bajó el tono de la voz
y a susurros le contó algo atroz.
“Chillo chinchetas afiladas...
cuanto más alto, muchas más salen disparadas.
Atraviesan cráneos y entrañas...
y francamente, si es normal me extraña”.
El anciano ni parpadeó
y obedeciendo a su gesto, la muchacha continuó.

“Hay unos niños que juegan en el bosque,
siempre gritan mucho y todo el mundo les oye.
Pero el otro día cuando fui a pasear
bajito debían de estar hablando
que caminando me los tuve que encontrar.
Intenté esconderme rápido
...pero no funcionó...
Me vieron desde lejos y uno me agarró,
me tiraron del pelo ¡¡me pegaron patadas!!
Pero si chillaba...
las chinchetas saldrían disparadas.
¡¡No puedo defenderme!!
¡¡no tengo apenas fuerza!!
Pero si no lo hago...
van a romperme la cabeza.”
Dijo la Niña con preocupación,
mientras se atusaba su rizado mechón.
El anciano suspiró pensativo
y con una gran sonrisa le dijo:
“¡Ya lo tengo! Tiéndeles una trampa,
asústales con algo, hazles creer que hay fantasmas.
Son niños al fin y al cabo,
se lo creerán y saldrán llorando.”

Contenta y con esperanzas,
la Niña fue en busca de telas desgastadas,
estuvo días ensayando en su casa,
un grito creíble que de verdad asustara.
Así pues, otro día mientras paseaba
se los encontró de nuevo y puso en marcha su trampa.
Esperó impaciente a que los niños picaran,
pero los críos de hoy ya no se creen nada.
Algo inesperado ocurrió,
los niños, en efecto, eran menos ingenuos de lo que ella pensó.
La atacaron por la espalda cruelmente,
patadas, insultos ¡Todo le caía!
Incluso la escupían mientras los otros reían,
y ella en el suelo resignada gemía.
“ Qué chica más rara, debe ser tonta o algo...
¡tengo una idea! Arañémosle la cara”
Pensó que si ya la consideraban rara,
para qué reprimirse si no cambiaría nada.
Se levantó del suelo con aire amenazante,
y corrió enfadada tras aquellos cobardes.
“Si pensáis que esto va a ser así siempre,
estáis más que equivocados apestosas serpientes,
estoy cansada de vuestras fechorías...
Vais a conocer mi verdadera ira”
Y sin más dilación, abrió su boca y chilló.

Enormes chinchetas salían disparadas
y atravesaban los cuerpos de aquellas criaturas malvadas.
A uno le arrancó un ojo,
otro miembro para el montón de despojos.
A otro le rajó en canal,
las tripas le colgaban y entre el pánico, se las intentaba colocar.
Al último le abrió la cabeza
¡¡Los sesos le resbalaban por ambas orejas!!
Era la venganza por ser tan despiadados,
agonizaban ahí tirados
y Ella, divertida, removía sus entrañas con un palo.

Al tiempo descubrieron sus pútridos cuerpos,
menudo disgusto se llevaron los padres de los muertos.
El viejo supo en seguida,
quien fue el responsable de tal escabechina...
pero calló por siempre,
la niña con su secreto tenía suficiente.







martes, 28 de julio de 2009

Mortfilia Funeraria


Mortfilia Funeraria de buena familia venía,
Sobre la cima de un monte, en un castillo ellos vivían.
Eran algo raros, pues tentáculos por pies tenían…
Piel blanca…¡Impoluta!
Y por ojos cruces invertidas.
El luto lo llevaban cada día
Y un largo cabello sus rostros cubría.
Era una familia bien reconocida entre lápidas y mausoleos,
Y se ganaron el respeto entre todos los muertos.

Mortfilia era una adorable muchacha,
Decapitaba hormigas y comía cucarachas…
Entre familias mutantes la más deseada era,
Los chicos la miraban y soñaban con ella,
Y como bien lo sabía
Al pasar por delante con gracia se movía.
Mas todo aquello no le daba la felicidad,
Algo le faltaba que no podía encontrar…

En libros antiguos desesperada buscaba,
Pero hechizos malévolos tan sólo encontraba.
“Sapos, culebras y una garrapata…
Todo bien mezclado con aliento de rata.
Remueve intensamente y echa belladona,
Cinco minutos y añade pelo de mona.
Cuando un humillo verde pardo asome,
Haz que tu elegido rápido lo tome,
Y en menos de lo que canta un gallo mutante
A tus tentáculos tendrás a tu bicho andante.”

Así pues, Mortfilia preparó tal pócima
Y viajó al mundo de los vivos en busca de su víctima.
Días y días pasó buscando
Y no encontró a un digno amado,
Desilusionada se encontraba
Cuando a lo lejos divisó una figura encorvada:
Cabeza gacha, cabellos negros…
Uñas roídas…¡Qué gran esperpento!
Sin mucho esfuerzo al joven aduló,
Que encandilado a sus pálidos brazos cayó
Tragó el mejunje y mutó en algo extraño
Blanco mohoso tornó el ermitaño.
Se transformó en el más horripilante ser,
Y Mortfilia cayó loca de amor por él.
Juntos se marcharon al mundo de la joven,
Los padres la esperan ansiosos en el monte.
-¡Niña! ¿Dónde has estado?
¿Y quién es este joven de aspecto destartalado?
-Es un muchacho que encontré…
estaba solo…¡Y yo también!
Así que le transformé…
Para hacernos compañía
El resto de nuestros días…

Dicho esto, los padres cayeron desmayados…
Todos coincidieron en que fue algo precipitado
Pero pasado el tiempo aceptaron a su amado
Le acogieron los muertos y los mutados…
Y aunque despertaba alguna envidia
Pronto pasó a ser el marido de Morfilia.

Así pues, vivieron felices y destriparon perdices.







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¡¡Aplaudan!! pues las ilustraciones son de: Foxnower

domingo, 26 de julio de 2009

Bienvenidos


¡Pasen y vean! ¡Pasen y vean!
¡El nuevo circo ha llegado a la ciudad!
La Casa del Terror, El Infierno de los Sustos…
Y “La Niña que miente sin piedad”
¡Pasen y vean!¡Entren y disfruten!
Payasos y mimos graciosos de verdad
¡Mentiras por montones, críticas
sutiles!
Puñaladas, falacias…
¡¡Cómprenlas ya!!
¡Pasen y vean! ¡No se lo pierdan!
Este circo es especial, ¡ninguno como este hay!
Vigilen sus espaldas, cubran su retaguardia
Que mala gente sin duda encontrarán.
No se olvide amigo, que es de lo más importante,
Detrás de la caseta de los elefantes,
a la izquierda usted verá,
Una caseta negra manchada de rojo, color de la crueldad.
¡Pasen y Vean! ¡Observen y contemplen!
¡Hasta que punto llega la maldad!
Egoísmo puro y duro, compañerismo, ¡El que más!
Brillan por su ausencia en la Caseta de la Enemistad.
Si quieren ver muertes violentas…
¡Pasen y vean! ¡Qué cerramos ya!
Con pérfidas lenguas, cuchillos afilados
Vuelan por los cielos como buitres cabreados.
Esperan los cadáveres surgir de la nada
Apaleados y rasgados por insolencias aladas.
Sangre de ilusión, de tolerancia, de modales…
Se derrama en el suelo y forman caudales.
El corazón que se rompe, la razón que se esfuma…
Pero qué más da, si a nadie le preocupa…

¡Circo de mentiras, a tu disposición todos los días!
¡No cerramos! ¡Venid a visitarnos!
Diversión a cada momento ¡No os miento!
¡Pasen y Vean! ¡No se lo pierdan!
¡Que esta gente no cambiará,
ni cuando en la tumba esté muerta!

Advertencias

En cuanto a la autoría de las imágenes que encontraréis en este lugar de risa y agravios, la mayoría son propiedad de "Cirque du Soleil" y "Lucent Dossier".

Todas vuestras quejas y sugerencias al e-mail.